Descripción
El Estado tiene el monopolio del poder que lo ejerce a través de las administraciones públicas, las mismas que son gestionadas por seres humanos con fortalezas y debilidades. En el procedimiento administrativo, es posible que se tenga la tentación de abusarse de los recursos públicos, corresponde entonces prevenir o corregir cualquier irregularidad a través del ejercicio oportuno y en tiempo real del control administrativo público, el mismo que para ser eficaz requiere de una formación profesional y ética del más alto nivel y de la implementación de varias herramientas tecnológicas, técnicas, legales, sumado al ejercicio democrático con responsabilidad social de todos los poderes. Los controles interno y externo son complementarios no islas que actúan por separado. Sin embargo, el control interno que lo ejerce cada organización encuentra los circuitos más adecuados y directos, con el procedimiento administrativo por cuanto su ejercicio y responsabilidad le corresponde a cada institución, en procura de su mejora continua, su fortalecimiento responsable y comprometido evitará que continuemos asistiendo al control del daño. El adecuado funcionamiento del sistema de control de un país coadyuva en la materialización de los derechos humanos, expresados en la cantidad y calidad de servicios públicos entregados a la ciudadanía. En sí los sistemas de control constituyen un medio para contar con una buena administración pública y a su vez una buena administración pública será capaz de materializar derechos, los controles débiles, simulados o aparentes propician la corrupción y ponen en riesgo la democracia e institucionalidad, entonces existe conexidad entre los derechos humanos al buen control y a la buena administración pública libre de corrupción. Los derechos humanos siendo subjetivos se objetivizan con recursos económicos. De ahí la importancia, de innovarnos permanentemente en los controles públicos desde la construcción del Plan Nacional de Desarrollo hasta la planificación y ejecución presupuestaria.

